¿Es Cristo, Hijo de Dios, el arcángel Miguel, líder universal que se reencarnará en un político, u otra figura simbólica?
Desde los tiempos de Jesús los fariseos le preguntaban que quién se
creía él. El propio Juan el Bautista, cuando fue arrestado bajo las órdenes
precisas de Herodes Antipas, y se ve rodeado de carceleros y próximo a su
muerte en la fortaleza de Maquero, ubicada entre la Palestina de entonces y
Arabia, construida por Alejandro Janeo un siglo antes (Flavio Josefo, Antigüedades
de los Judíos, Libro XVIII, Capítulo V); turbado por los hechos que le
rodeaban, envió mensaje al Cristo de Israel una vez escuchado que había
resucitado al hijo de una israelita:
“Y aconteció después, que él iba a la ciudad que se llama Naín, e iban
con él muchos de sus discípulos, y gran compañía. Y como llegó cerca de la
puerta de la ciudad, he aquí que sacaban fuera a un difunto, unigénito de su
madre, la cual también era viuda; y había con ella grande compañía de la
ciudad. Y como el Señor la vió, compadecióse de ella, y le dice: No llores. Y
acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban, pararon. Y dice: Mancebo, a
ti digo, levántate. Entonces se incorporó el que había muerto, y comenzó a
hablar. Y dióle a su madre. Y todos tuvieron miedo, y glorificaban a Dios,
diciendo: Que un gran profeta se ha levantado entre nosotros; y que Dios ha
visitado á su pueblo. Y salió esta fama de él por toda Judea, y por toda la
tierra de alrededor. Y sus discípulos dieron a Juan las nuevas de todas estas
cosas; y llamó Juan a dos de sus discípulos; y envió a Jesús, diciendo: ¿Eres
tú aquél que había de venir, o esperaremos a otro? Y como los hombres vinieron a
él, dijeron: Juan el Bautista nos ha enviado a ti, diciendo: ¿Eres tú aquél que
había de venir, o esperaremos a otro? Y en la misma hora sanó a muchos de
enfermedades y plagas, y de espíritus malos; y a muchos ciegos dió la vista. Y
respondiendo Jesús, les dijo: Id, dad las nuevas a Juan de lo que habéis visto
y oído; que los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los
sordos oyen, los muertos resucitan, a los pobres es anunciado el evangelio; y
bienaventurado es el que no fuere escandalizado en mí”. (Lc 7:11-23).
En el fondo de sus almas esperaban a un Mesías nacionalista, que
derrocaría a Roma e instauraría una Teocracia judía; de ahí que aún el
precursor del Hijo de Dios, tentado en sus horas de angustias, sintió dudas
pasajeras acerca de aquel a quien él mismo había bautizado y anunciado como Cristo;
sobre el cual el Espíritu Santo había descendido en forma visual ante la expectación
de muchos.
Satanás no frenó en sembrar todo tipo de dudas y falsas doctrinas
entre diferentes grupos que posteriormente surgieron, ya marchado Yeshúa el
Cristo, Hijo del Altísimo.
En ese primer siglo que siguió, varios judíos helenísticos escribieron
falsos Evangelios y Epístolas en su afán de ser reconocidos como grandes
escritores, no solo por grupos religiosos, sino también dentro de la farándula
griega de autores y académicos.
Del oriente hubo también muchas influencias, ya que el Asia Menor
colindaba con otra turba de falsas creencias e idolatrías. Después vemos a los
gnósticos que creían que Jesús no era material, sino fantásmico; como en cierto
tiempo los Testiguistas del siglo XIX (algunos hasta hoy) aseguraban que Cristo
había ya venido, pero en espíritu. Ellos daban por cierto que el alumbramiento
milagroso era interior, que provenía de uno. ¿Le recuerda a esos que hoy dicen
que hay que ser interiormente positivos, y que cada uno somos dioses de
nosotros mismos?
Los montanistas también, que se parecen a muchas iglesias
pentecostales de hoy, las cuales adoran al Espíritu Santo en lugar de Cristo,
dándole un segundo lugar—aún sin ellos mismos notarlo—y olvidando que Cristo dió
un papel específico a ese Espíritu Divino: el de formar la Iglesia, redargüir y
enseñar. Muchas veces inventan ‘cultos de milagros programados’, los cuales no
tienen base bíblica; y creando todo un show a partir de eso; inventando señales
para los incrédulos, y donde los demonios danzan en fiesta interminable.
Estaban los maniqueos con su dualismo proveniente desde Persia; y los
apolinaristas que negaban la naturaleza humana de Cristo, el Hijo del hombre;
parecidos a los monofisitas quienes también clamaban que Cristo tenía una sola
naturaleza, y nadie les apartaría de su creencia. Era como si la carrera de los
apóstoles pronto era atacada desde cada rincón; y el mismo Pablo—antes de su muerte—le ruega a su
ahijado Timoteo que tuviese mucho cuidado:
“Que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo;
redarguye, reprende; exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá
tiempo cuando ni sufrirán la sana doctrina; antes, teniendo comezón de oír, se
amontonarán maestros conforme a sus concupiscencias; y apartarán de la verdad
el oído y se volverán á las fábulas. Pero tú vela en todo, soporta las
aflicciones, haz la obra de evangelista, cumple tu ministerio. Porque yo ya
estoy para ser ofrecido, y el tiempo de mi partida está cercano. He peleado la
buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe” (2 Tim 2:7).
Nada ha cambiado, y el diablo sigue engañando, trastornando caminos,
creando fanáticos de sectas; y muchos hermanos en Cristo sazonados con
ingredientes falsificados.
Muchos grupos dentro de los: Adventistas, Testiguistas, Mormones y
otros—sobretodo sus líderes—entre otras instituciones, aseguran que Cristo es
el arcángel Miguel u otro ángel enviado por YHWH Dios; pero esto no tiene base
bíblica. Incluso adorar un ángel es idolatría. En Apocalipsis 22:8, el
apóstol estaba a punto de adorar a los pies del ángel que en ocasiones parecía
ser el mismo Cristo hablando; sin embargo, él es corregido con seguida
advertencia:
"... me postré para adorar delante de los pies del ángel... y él
me dijo: Mira no lo hagas... Adora a Dios (Apoc 22: 7-9)."
Algo parecido ocurre cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo
sobre el cuerpo de Moisés (Epístola de Judas: 9), hasta el punto de no poder
vencer al diablo, ni atreverse a proferir juicio contra él: porque simplemente
no es Cristo ni Dios. Fue el Señor quien al final intervino en la disputa y
ayudó al arcángel, no dejando al diablo salirse con la suya; de manera que el
cuerpo de Moisés no pudo ser encontrado, so pena de que haya sido convertido en
objeto de adoración. Si el Señor no hubiera intervenido, hoy los judíos sobre
todo, estuvieran adorando el cuerpo (momia) de Moisés porque el arcángel Miguel
no pudo vencer las intenciones del diablo, ni tampoco taparle su boca.
En el libro de Daniel (Dn 10:11-13) también un arcángel le
revela al hombre de Dios cómo otro arcángel—Miguel—vendría a ayudarlo en su
batalla contra el príncipe de Persia; y así ver si ambos juntos podían
intervenir en contra de las andanzas del diablo en aquella región, lo cual era
una tarea dura para ellos solos.
Cristo, el Hijo Divino de Dios, con solo un soplido puede deshacer
todo el planeta si quisiera; ya que él mismo participó directamente en su
creación (Gn 3:22). Aún cuando estuvo entre nosotros, en un cuerpo
carnal, los demonios le temían y le rogaban que no les enviara para el infierno
(Mr 5:12-13); y los expulsados le alababan como el Hijo de Dios (Lc
4:41). El diablo tuvo que dejarlo tranquilo cuando le cita la Palabra de
Dios (Mt 4:10-11), y así evitar de tener que visitar el Infierno antes
de tiempo; porque todos en la Creación saben que tarde o temprano, toda rodilla
se doblará delante del Cordero de Dios (Filipenses 2:10).
No solo en un lugar, sino en cada lugar: "Para que en el nombre
de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y de los que
están en la tierra, y los que debajo de la tierra. Y toda lengua confiese que
Jesucristo es el Señor, a la gloria de Dios Padre" (Filip 2:10-11).
Aún debajo de la tierra, en el Infierno (que también los Adventistas se niegan
a creer que existe), tienen que arrodillarse, como cuando él los visitó
mientras su cuerpo yacía en el sepulcro (1 Pedro 3:19), y es por esto
que el apóstol especificó que el Evangelio había sido predicado también a los
muertos (1 Pedro 4:6), despeñados en el Infierno con cadenas de
oscuridad (2 Pedro 2:4).
Como vemos, al igual que en el pasaje de Judas, los arcángeles tienen
un poder limitado. Todos están en un mismo nivel, y necesitan el poder de
Cristo; como el ángel que le narra el Apocalipsis al apóstol Juan, para poder
mostrarle ese poder Divino.
Nadie es salvo por el arcángel Miguel; llámesele como se le llame...
es sencillamente un arcángel servidor de rango mayor que recibe instrucciones
del Señor. Si el Salvador que se adora en tu iglesia es un arcángel; entonces
sale, y busca al verdadero Cristo Redentor, el Hijo del Altísimo, parte de la
Divinidad y Trinidad: Padre-Hijo-Espíritu Santo.
Falsos, en la mayoría de los casos; y equivocados e influenciados por
los llamados líderes de cultos autodenominados cristianos, algunos andan por el
mundo, internet, radio y televisión enseñando doctrinas del Padre de Mentira (Juan
8:44). Una vez que ganan mucho dinero, corren prontamente a construirse sus
propios tronos. Es interesante que casi todos tienen algo en común: se hacen de
un trajecito y colores que los distingan. Una forma específica de vestirse para
ser reconocidos como una figura única. Es un patrón que también siguen los
dictadores y tiranos de naciones a través de la historia: se buscan lo que en
el idioma popular se les llama un "traje de mono". Sobradas son las
coincidencias.
Hay que tener mucho cuidado cuando se lee sin recordarnos/o conocer la
manera literaria en que se escribía el hebreo arcaico, el samaritano, el
griego, o/y arameo. Se debe tener en cuenta las diferentes épocas en que se
escribieron los 66 libros que comprende la mayoría de nuestras biblias; e
incluso otros apócrifos no inspirados por el Espíritu Santo, que siempre han
existido también. Algunos creyentes hasta indirectamente aseguran que el
Espíritu de Dios es solo revelado en el Nuevo Testamento, y nunca antes. Desde
el Génesis ya el Espíritu de Dios participaba en el mundo que el Creador nos preparaba,
y en la vida del primer humano, Adam(n)..."Y el Espíritu de Dios se movía
sobre la haz de las aguas... Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a
nuestra semejanza..." (Gen 1:2, 26).
Cristo es Dios. No es YHWH, como vemos en Apoc 5:7, 13 Cristo,
el Cordero está junto al Padre, a la derecha de su Trono, lleno de gloria y
poder. El es aquel a quien debemos glorificar y alabar de siglo en siglo por
toda la eternidad; sin embargo, no es el Padre, e incluso no sabe aún, día y
hora final. "Empero de aquel dia y de la hora, nadie sabe, ni aún los
ángeles...ni el Hijo, sino el Padre" (Mar 13:32). Vemos como Cristo
siendo Hijo del Hombre e Hijo de Dios se denuncia él mismo como diferente a los
ángeles.
La Divinidad de Cristo... "Porque en él habita toda la plenitud
de la divinidad corporalmente" (Col 2:9), que lo hace ser uno con
el Padre, es su capacidad de ser Omnipotente, cabeza de todo principado y
potestad (Col 2:10), sometidas todas las cosas debajo de sus pies (Efesios
1:20-22), siendo Omnipresente y Omnisciente... Sacerdote eterno (Heb
7:21-28)..."puede también salvar eternamente... interceder... perfecto
para siempre".
Cuando Judas traicionaba a Jesús, después de pasar el arroyo de Cedrón
y entrar en el huerto donde oraba; la turba de fariseos y guatacones
aparecieron encabezados por el traidor de los doce, junto a 'ministros' y
aguaciles; muy parecido a las cosas que ocurren hoy. Ahí, entonces, la
Divinidad se manifiesta a través del Verbo de Dios, y por eso leemos:
"Jesús, sabiendo todas las cosas que habían de venir sobre él,
salió delante y díjoles: ¿A quién buscáis? Respondiéndole: a Jesús Nazareno.
Díceles Jesús: Yo soy...y como les dijo Yo soy, volvieron atrás y
cayeron en tierra" (Juan 18:1-6).
¡Yo soy... es el nombre de Dios! Por misericordia del Altísimo
no fueron todos fulminados al instante; así y todo, tuvieron que arrodillarse
ante Aquel que venían a traicionar y apresar.
Vale que volvamos a mencionar el pasaje de Apoc 5, pues nos
muestra también cómo el Hijo, mientras está sentado a la diestra del Padre,
todo el cielo, y por consiguiente la Creación le adora, afirmando su divinidad.
"Se postraron delante del Cordero... Y oí a toda criatura que está en el
cielo, y sobre la tierra, y debajo...y mar...y todas las cosas...Al que está sentado
en el Trono, y al Cordero, sea la bendición, y la honra, y la gloria, y el
poder, para siempre jamás" (Apoc 5:8, 13). Cristo y el Padre, UNO
son, en cuanto a substancia, cualidades y poder. Ningún ángel puede ni intentar
tocar el Trono del Cordero con sus dedos. Satanás lo soñó y le ha costado
sufrir toda una eternidad encadenado en el Infierno de fuego, como la más vil
de las criaturas que la divinidad creó; perdiendo la oportunidad de brillar en
humildad, sabiduría y justicia.
Cuando el Señor especificó a los judíos y apóstoles: "Yo soy el
camino, y la verdad, y la vida: Nadie viene al Padre si no por mí" (Juan
14:6); les estaba explicando claramente que él no era un líder, un enviado,
o ángel... mucho más... la Divinidad misma. Es por esto que le dice a Felipe:
"El que me ha visto, ha visto al Padre; ¿cómo pues dices tú: muéstranos al
Padre?" (Juan
14:9).
Cristo es más sublime que los ángeles y cielo en su totalidad (Heb
7:26). Engendro y primogénito de Dios... "por él fueron creadas todas
las cosas que están en los cielos y en la tierra, visibles e invisibles... por
él y para él" (Col 1:15-16). No puede un arcángel tener tal potestad ni
aunque quisiera. Es solo una criatura, a la que Dios puede dar ciertas
cualidades y ventajas, pero no puede actuar más allá de sus limitaciones o
poder que la Divinidad (Padre, Hijo, Espíritu Santo) le otorgue...y si no, que
se lo pregunten a Lucifer, que quiso ponerse, y aún trata, de ocupar el lugar
del Hijo Divino. Es simplemente imposible. La divinidad no tiene ni capacidad
de pecar, porque es santísima... los ángeles sí pueden pecar... observe con los
ojos del Espíritu Santo como los demonios (ángeles revelados) pecan
diariamente, y se deleitan con los humanos que les abren sus puertas: las del
corazón, el alma y la vida misma.
Muchas veces arcángeles llevaban la Palabra de Dios en el Antiguo
Testamento. Otras veces se usa la Palabra para hacer entender que el mensaje es
personal y formal, que viene del Creador, pero no es lugar ni origen
explicativo que anuncie la naturaleza del enviado. "He aquí yo envío mi
ángel [Mensajero, un mensaje con poder]... porque mi nombre está en él... su
voz... lo que yo te dijere" (Ex 23:20-23). Es un representante de
la Divinidad, que lleva el mensaje directo, como un embajador plenipotenciario
lleva la carta y letra de un Rey; pero no él mismo en su lugar; es decir, el de
Dios. Así como dijimos, ocurre en Apocalipsis. Lea la cita de 22:7..."He
aquí vengo presto"; sin embargo cuando el apóstol Juan quiso adorarle, el
buen ángel de Dios le advirtió que aunque él sonaba como Cristo, ni lo
intentara, pues era y es idolatría; lo cual representa seria infracción
delante de Dios, la cual le puede costar incluso la eternidad.
Él, Cristo Jesús, es el que tiene el poder Divino para resucitar a
miles de cristianos que reinarán con él (Apoc 20:6); porque él mismo, en
persona, es quien los resucitará: "...tenga vida eterna y yo le
resucitaré en el dia póstrero...ninguno puede venir a mí si el Padre que me
envió no le trajere; y yo le resucitaré en el dia póstrero" (Juan
6:39, 44).
Cristo, milagrosamente, vendrá como mismo partió, y todo ojo lo
verá... no será algo escondido para un grupo especial de escogidos. El mundo
necesita recordar ese día para toda la eternidad, incluyendo ángeles y demonios.
"Este mismo Jesús que ha sido tomado desde vosotros arriba en el cielo,
así vendrá como le habéis visto ir al cielo" (Hechos 1:11). No se
reencarnará en político, líder civil o religioso, o combinación de ambos.
"Entonces si alguno os dijere: He aquí está el Cristo, o allí, no
creáis... Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el
occidente, así será también la venida del Hijo del hombre" (Mt 24:23:27).
En otras palabras... se mostrará visible a todo el mundo desde oriente a occidente,
y mucha luz que sobrepasa la del sol le acompañará.
"Porque donde quiera que estuviere el cuerpo muerto, allí se
juntarán las águilas" (Mt 24:28). Su venida ocurrirá acompañada de
elevada destrucción; de ahí que las águilas y otras criaturas tendrán banquete
de carne y sangre en esos últimos días y horas.
Cristo es el Alfa y la Omega... no te dejes engañar con sublimidades y
/o doctrinas de demonios que han logrado insertarse entre los académicos
cristianos que buscan primero en la letra, sin consultar al Espíritu de Dios
Santísimo.
Adora solo al Padre, Hijo y Espíritu Santo del Altísimo YHWH Dios.
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