¿Es el levantamiento de la Iglesia (ocurrirá) antes
de la gran persecucíon que se le avecina a Occidente?
Vivimos un tiempo en Occidente, donde muchas
congregaciones e instituciones que proclaman servir a Cristo enseñan como
doctrina establecida que el Levantamiento de la Iglesia Cristiana, anunciado en
las Sagradas Escrituras, es anterior a la llamada Gran Tribulación.
¿Qué es lo que creía el apóstol san Juan y
sus discípulos al comienzo del cristianismo?
Policrates de Efeso, a comienzos del segundo
siglo después de Cristo, y quien sabía dónde el apóstol Juan había sido
recientemente enterrado, convirtiéndose él mismo posteriormente en obispo y
pastor de esa región; escribió por esos días al también obispo de Roma Víctor,
diciéndole:
“Pues también en Asia reposan grandes
personalidades, las cuales resucitarán el último día de la venida del Señor,
en la que vendrá de los cielos con gloria para buscar a todos los santos.
Entre ellos, Felipe; uno de los doce apóstoles, que reposa en Hierápolis, dos
de sus hijas que envejecieron vírgenes y otra hija suya que, tras vivir en el
Espíritu Santo, duerme en Efeso. También descansa en Efeso Juan, el que se
reclinó sobre el pecho del Señor...”
En otras palabras, sabían muy claro que la
resurrección, y por consiguiente levantamiento de la Iglesia de Cristo, no
ocurriría hasta el último instante.
Antes que el lector decida no leer esta
respuesta hasta el final, puesto que está convencido 100% acerca de que su
doctrina es irrefutable, debo decir que conozco buenos hermanos en Cristo que
no interpretan de la misma manera que uno mismo, y eso no los 'desecha' en no
ser salvos, o 'llenos del Espíritu'. También sé al detalle qué versículos usan
para establecer su creencia, en relación con el levantamiento y arrebato de la
Iglesia; así como las explicaciones que sus instituciones les han enseñado como
infalibles.
En las Escrituras reveladas por Dios hay
muchas fechas y tiempos que el Señor nos da para que tengamos una idea de lo
cerca de la Hora en que estamos, pero aún Él mismo nos dijo que ese día y hora
solo el Padre Celestial lo sabe. Es como si Dios, a propósito, nos ha dejado
cierta incertidumbre de fechas para que en lugar de estar solo pensando en
números nos concentremos en llevar el Evangelio de Cristo a toda criatura. Y es
por esto que Jesús, precisamente casi como último mensaje, antes de partir, les
responde a sus discípulos:
"No toca a vosotros saber los tiempos o
las sazones que el Padre puso en su sola potestad; mas recibiréis la virtud del
Espíritu Santo... y me seréis testigos... hasta lo último de la tierra" (Hechos
1:7-8).
Dicho esto, fue alzado en/hacia el cielo y
lo veremos nuevamente en su 2do Advenimiento; ya próximo. Esa es nuestra
esperanza bendita. Y no es que no debamos estudiar los tiempos, pues para ello
nos son dados en las Escrituras y Cristo mismo, en su ministerio por Galilea y
Judea, mucho predicó específicamente acerca del Final de los Tiempos, y nos
encomendó a observar cuando estemos cerca, y así saber reconocer que nuestra
redención es inminente... a las puertas.
Es ahí donde nos encontramos ahora.
Para el asombro de algunos voy a dar alguna
fecha que—una vez pasado el nuevo siglo—he tenido como posible Día del Señor.
Antes, quiero aclarar que yo no se el año y día de Su venida. Así estás
leyendo... no, no lo sé; sin embargo, de acuerdo a las escrituras de
Daniel y lo que el Señor nos dijo, mis cálculos me llevaron a la venida del
Señor alrededor de los años 2022 a 2026; teniendo en cuenta los 2000 años de la
Nueva Era (Era de la Iglesia Cristiana), y partiendo desde el momento en que
Cristo comenzó su ministerio, y a esto hay que restar los años conocidos de
error en nuestro calendario. Y digo conocidos porque tampoco es 100%
exacto.
Esa fecha ni siquiera la añadí cuando
escribimos nuestros libros acerca de las profecías bíblicas principales, debido
a que queremos/queríamos que el cristiano se concentrara en este nuevo siglo
humano que comenzó en el año 2000, el cual correría a todo afán y prisa estableciendo
las bases sólidas frente a nuestros ciegos ojos, sobre todo el sistema político
y financiero en que nuestra última generación se vería involucrado junto a toda
perdición y miseria moral en que estaríamos caminando y sufriendo cada momento
e instante si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y no es legalismo o
pensar que no pecaríamos, puesto que de este cuerpo pecaminoso solo el Señor
nos librará un día... ¡Amén!; pero que sí sepamos cuán cerca estamos mientras
nos van controlando, marcando, manipulando, imponiéndonos el espíritu de
Sodoma, las doctrinas falsas egomaníacas, el insípido entretenimiento, los
afanes de cada día, y cuanta basura este mundo proclama como paraíso terrenal.
Repito. No estoy dando fechas, no me
mal-interpretes. Solo he puesto unos números personales en base a lo que
imagino debe ser un comienzo de conteo sobre esos últimos 2000 años de historia
humana, que son el comienzo oficial de la Iglesia del Señor.
¿Es el levantamiento de la Iglesia antes de
la gran persecución que nos narra Daniel, los Evangelios, y el libro del Apocalipsis?
No, exactamente. Muchos citan y toman los siguientes pasajes bíblicos como
señal segura de que no estaremos aquí cuando una gran oscuridad caiga sobre
este mundo. Y dicen: "Porque no nos ha puesto Dios para ira..." (1
Tes 5:9). "...por él seremos salvo de la ira" (Rom 5:9).
"Porque has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de
la tentación que ha de venir en todo el mundo..." (Apoc 3:10).
Eso nada tiene que ver con el levantamiento
de la Iglesia, sino protección del Señor sobre su pueblo de toda la tierra en
la hora mala que se le avecina, cuando les llegara. Como Israel en Egipto
cuando los hijos del faraón y su pueblo morían, y los primogénitos de Israel
eran protegidos. Dios nunca ha evitado que la Iglesia cristiana pase por el
fuego. Es el fuego quien realmente la limpia. El fuego que se acerca quitará
eso de: "Yo soy pentecostal, yo soy bautista, yo soy pre-tribulacionista,
yo soy adventista, yo soy metodista, yo soy libre, yo... etc". Somos la
Iglesia de Cristo... punto. Y lo sabremos bajo el fuego. Como lo están, ahora mismo,
aprendiendo los hermanos que no están en los Estados Unidos y Occidente. En el
Asia y Medio Oriente, son perseguidos, aniquilados, asesinados, sus cabezas
cortadas, sus templos destruidos, sus hogares quemados, sus familias divididas,
sus propiedades arrebatadas y muchos extorsionados para que entreguen a otros
hermanos.
El sufrimiento de aquellos que buscan al
Señor siempre ha sido causa de dolor desde tiempos remotos. Noé padeció la
burla y escarnio en un mundo que lo despreciaba, e Israel llevó sobre sus
hombros, en Egipto, las cargas de una esclavitud inesperada. Tanto Noé, como
Israel en Egipto, fueron similitudes del Final de los Tiempos.
Noé, hombre justo que amaba a Dios, fue
preservado junto a su familia en medio de una catástrofe universal mucho peor
que una guerra mundial. Todos fueron aniquilados, y su familia, sola, pisó
tierra en un mundo nuevo; para ellos un paraíso, un comienzo. No fueron
arrebatados de esta tierra para un día regresar, sino que fueron protegidos en
el mar, del mal que caía sobre una generación perversa apartada del Creador;
como ocurrirá en Apocalipsis 12:6... "huyó al desierto, donde tiene
lugar aparejado de Dios, para que allí la mantengan". En el mar, Dios
sostuvo a su pueblo de entonces, el remanente. Esa era la pequeña Iglesia que
Dios conservaba en ese tiempo y en esta Tierra: Noé y sus allegados cercanos.
Años después, Israel fue igualmente
preservado frente a un faraón que estaba dispuesto a borrarlos de la faz de
esta misma Tierra; sin embargo, las plagas no alcanzaron a Israel, y Egipto se vio
bajo una guerra total y mortal, solo que esta vez venía de Dios, y aún cada
familia—incluyendo el líder de la potencia mundial de entonces—perdieron sus
primogénitos, bajo la ira de Dios; salvando a su pueblo escogido que llevaba en
sus lomos la promesa que hoy, en Cristo, nos guardará durante la ira del Anticristo
y su falso profeta; aunque esta vez algunos se conviertan en mártires llevando
la gracia de Dios y llenos del Espíritu Santo, a través de un mundo que tiene
sus dias y segundos contados.
¿Le dirás a los hermanos cristianos que hoy
sufren y son martirizados en diferentes países y que cuentan miles que ellos no
están pasando a través de una Gran Tribulación, porque Dios prometió que no
experimentarían ira? No seas egocéntrico y deja de estar entretenido con
teléfonos, última moda y automóvil... ¡Prepárate para la persecución que se le
aproxima a toda velocidad a la Iglesia Cristiana en Occidente! ¡En el fuego
dejarás toda la escoria que erosiona el metal de tu cuerpo, y en el Espíritu de
Dios sabrás y entenderás lo que cuesta mantener esa lámpara prendida, de la
misma manera que los hermanos tuyos alrededor del mundo ya lo están padeciendo!
Cristo anunció esto a sus apóstoles mientras se refería más que nada al Final
de los Tiempos:
"Mirad que nadie os engañe... a muchos
engañarán... es menester que todo esto acontezca... Entonces os entregarán para
ser afligidos, y os matarán; y seréis aborrecidos de todas la gentes por causa
de mi nombre [cristianos]... Mas el que preservare hasta el fin, éste será
salvo" (Mt 24: 4-13).
Iglesia, prepárate porque no solo verás al Anticristo,
sino que padecerás bajo la tribulación que ocasionará el malvado y endemoniado líder
mundial; el cual a su vez aparentará ser amigo de pobres y necesitados. Serás
salvo de la Ira de Dios que le seguirá al final, pero no de la Tribulación
ocasionada por el tiempo en que el déspota endiablado y vestido de falso ángel
tratará de amarrar al mundo bajo sus tentáculos.
Todavía correrás por el mundo sin teléfono
ni zapatos de última moda... anunciando el Evangelio (Mt 24:14).
Nuevamente, como lo hacen hoy mismo muchos hermanos, no judíos, alrededor de
este mundo, entregando sus vidas si es necesario; porque la promesa de
redención eterna es incomparable con la angustia de última hora, y por las que
te convertirás en rey y sacerdote, en medio de ese fuego:
"Y nos ha hecho reyes y sacerdotes para
Dios y su Padre... serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con
él" (Apoc 1:6; 20:6).
¿Puede Dios levantar a alguien en los cielos
soberanamente? Cuando Él lo estime; y así le hizo a los hermanos Enoc y Elías,
y otros. ¿Puede Dios hacer que uno resurrecte antes de su venida? Cristo hizo
que muchos se levantaran de la muerte, y en su crucifixión, Dios hizo que
otros, ya muertos, también aparecieran a familiares y pueblos.
¿La Tribulación comenzará cuando el Espíritu
de Dios sea quitado de la tierra? No; el Espíritu de Dios seguirá su trabajo
hasta la Venida de Cristo [Final], y por esto muchos se convertirán durante el
comienzo de la Gran Tribulación en occidente, y rechazarán la Marca de la
Bestia.
Cristo partió para que el Espíritu Santo
comenzara su obra. Ahora es al revés. Cuando Cristo venga es entonces que el
Espíritu de Dios partirá; y veremos la Ira del Creador como lo conocemos en el
Antiguo Testamento. Cristo trae una vara de hierro. No viene a dejarse
crucificar.
Los primeros cristianos, sometidos bajo
desprecio y botas de los anticristos de Roma, pensaban que la Venida de Cristo
era inminente; sin embargo, el apóstol Pablo les advierte que:
“…os rogamos hermanos, cuanto a la Venida de
nuestro Señor Jesucristo y recogimiento a él que… no os engañe nadie en ninguna
manera, porque no vendrá sin que venga antes la apostasía, y se manifieste
el hombre de pecado, el hijo de perdición. Oponiéndose y levantándose
contra todo lo que se llama Dios, haciéndose parecer a Dios… Y entonces será
manifestado aquel inicuo, al cual el Señor matará con el espíritu de su boca, y
destruirá con el resplandor de su venida. Aquel inicuo cuyo advenimiento es
según operación de Satanás; con grande potencia, y señales, y milagros
mentirosos” (2 Tes 1-12).
En otras palabras, la iglesia verá a ese “inicuo”,
al Anticristo. No te dejes engañar por falsas doctrinas o tantos que hoy
muestran sus plumas de sabiondos.
Pablo les aclara con suma exactitud, inspirado
por el Espíritu Santo, informándoles de la misma manera en la Primera Epístola
a los Corintios, donde les asegura que los cristianos presenciarán el
Apocalipsis hasta la séptima trompeta… “la final trompeta” (1 Cor 15:52).
Es entonces que los muertos en Cristo serán
“levantados sin corrupción”; y nosotros los vivos transformados en el proceso
con un cuerpo inmortal…en fracciones de segundos.
- "Por causa de los escogidos aquellos
días serán acortados" (Mt 24:22). Los escogidos estaremos aquí,
como espadas del Espíritu.
¿Será como muchos predican y ponen en
películas cinematográficas que los niños desaparecen en un levantamiento
pre-tribulación, donde las mujeres embarazadas incluso se desinflan yéndose sus
criaturas del seno maternal; y los animales desaparecen llevados por el Creador
de antemano antes del mal que se acerca? Dice la Palabra de Dios:
- "Mas ay de las preñadas, y de las que
crían en aquellos días... Porque habrá entonces grande aflicción, cual no fue
desde el principio del mundo hasta ahora, ni será" (Mt 24:19-21).
- "Porque donde quiera que estuviere el
cuerpo muerto, allí se juntarán la águilas" (Mt 24:28).
En Tesalonicenses 4:15-18, el apóstol
Pablo le habla a una Iglesia que creía había sido dejada atrás, olvidada por
Dios: "Por lo cual hermanos, os decimos esto en palabra del Señor; que
nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor [Final],
no seremos delanteros a los que durmieron. Porque el mismo Señor... descenderá
del cielo [2da Venida]; y los muertos en Cristo resucitarán primero [antes de
cualquier levantamiento]. Luego nosotros, los que vivimos [al Final], los que
quedamos, juntamente con ellos seremos arrebatados en las nubes a recibir al
Señor en el aire..."
Vas a recibir al Señor, no a irte con él. Él
toca milagrosamente a tu puerta y tu le abres, lo recibes... ¡El Rey ha llegado
y tú eres parte del escuadrón santo! El viene a reinar, y te levanta Iglesia,
para darte ese cuerpo eterno, imperecible y nuevo que necesitarás, y que Él
prometió, mientras una devastadora destrucción y quemazón ocurre en la Tierra
por unos dias (Dn 12:12); donde incluso los elementos en ella serán, en
muchas partes y lugares, derretidos (2 Pedro 3:10-12), en medio de la
angustia extraordinaria de muchos pueblos liquidándose unos contra otros, en un
final endemoniado. Un infierno cae de pronto sobre la tierra con grandes
temperaturas y Dios te levanta y une a toda una congregación de multitudes que
vienen y están con Él... ¡Aleluya! Esa es la mejor hora para gritarlo a todo
pulmón.
¡Y todo ocurrirá al Final... cuando suene la
última trompeta!:
“En un momento, en un abrir de ojo, a la
final trompeta; porque será tocada la trompeta, y los muertos serán levantados
sin corrupción, y nosotros seremos transformados" (1 Cor 15: 51-52).
Ven Señor Jesús.
¡Amén!
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Mayo, 2019