-->

Abdías: como si no hubieran sido.





Desde entonces han pasado más de 2500 años y como bien profetizó Abdías dejaron de existir como territorio reconocido en el mapamundi. Hoy son un montón de ruinas en la ciudad fantasma de Petra (Edom); sin embargo, las familias se conservaron hasta cierto punto, porque quinientos años adelante vemos al rey Herodes el Grande, un idumeo (Mr 3:8), gobernando en la Jerusalém de los tiempos de Cristo, quien a su vez fue el que mandó asesinar a todos los niños menores de dos años en Bethlehem (Mt 2:1-18), por temor a que el Mesías judío le arrebatara el trono un dia. A su muerte un hijo suyo, Herodes Antipas, fue declarado Tetrarca (es el que se burló de Cristo antes de ser crucificado). Posteriormente su nieto, Herodes Agripa, lo vemos como una especie de rey local aprobado por los romanos, y delante del cual comparece el apóstol san Pablo (Hch 12:1-22); quien a su vez persiguió la Iglesia Cristiana en sus orígenes, asesinando al apóstol Jacobo, hermano del apóstol san Juan; y al final siendo merecidamente comido por gusanos. Como vemos, estos idumeos de la estirpe de los Herodes, llevaban la vileza impregnada en su sangre.