Algunos llamados “eruditos” hasta decían que esto era un pasaje añadido posteriormente al libro del profeta Isaías, el cual ni había existido—según ellos—como personaje verídico en la historia. No descansan tratando de arrancar a Dios del corazón de los humanos; por no aceptar que él, y solo él puede guiarlos a verdes y eternos pastos. Tanta avalancha contra el Hijo de Dios siempre se ha estrellado contra la Verdad, y ella lo hizo nuevamente mirarse en sus propios espejos de la ignorancia, cuando en 1948 aparecen—primeramente restringidos, y después hechos públicos—los Rollos del Mar Muerto (el descubrimiento arqueológico del siglo). Entre ellos nada más y nada menos encontraron el libro de Isaías, datando con más de 2000 años de antigüedad.