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El sufrido Job.
La ciencia está presente en las palabras del sabio Job. El nos habla del cielo, viento, lluvia y relámpagos (28: 24-26 ); se nos instruye—milenios antes de la edad media—de las delicias de las Pléyades, el Orión y Arcturo junto a las estrellas y las ordenanzas de los cielos (38: 31-36 ); y cuando los hijos de Dios, en el mundo estelar, se regocijaban mientras Dios nos creaba, acá en nuestro planeta, a su imágen y semejanza (38: 4-7 ), bajo un mundo estrellado, obra de sus manos. Milenios antes que el Vaticano inquisitoriamente estaba dispuesto a quemar a quien dijera que la tierra era redonda ya Job nos había dicho enfáticamente que Dios: “extiende el aquilón sobre vacio, cuelga la tierra sobre la nada” (26:7 ).