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La resurrección de los muertos.
“Díjome entonces: Profetiza sobre estos huesos…He aquí yo hago entrar espíritu en vosotros y viviréis. Y pondré nervios sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy Yahweh Dios…Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán. Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies un ejército grande en extremo…He aquí yo abro vuestros sepulcros pueblo mío, y os haré subir de vuestras sepulturas…Y pondré mi espíritu en vosotros y viviréis…”
El profeta Elías el Tisbita quien profetizó bajo los reyes hebreos Acab, en el Reino del Norte de Israel, que tenía como capital Samaria; y Josafat, rey en el Reino del Sur -Judea, con Jerusalém y su Templo, por los años 875-850 a.C; fue elevado al cielo igualmente sin ver la muerte (2 Ry 2:11 ); es más, se le aparece a Jesucristo—siglos después—junto a Moisés en el momento de la transfiguración (Mt 17:3 ); porque como bien dijo el Hijo de Dios: “Y de que los muertos hayan de resucitar, ¿no habéis leído en el libro de Moisés cómo le habló Dios en la zarza, diciendo: Yo soy el Dios de Abraham, y el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob? No es Dios de muertos, mas Dios de vivos; así que vosotros mucho erráis ” (Mr 12:26-27 ).
Los discípulos que habían huido cobardemente, con excepción de Pedro (quien posteriormente así y todo le negó), quedaron atónitos cuando María Magdalena y María madre de Jacobo y Salomé (Mr 16:1 ), una vez venidas del sepulcro de José de Arimatea—donde habían sepultado a Jesús—les dicen que estaba vacío y un ángel les había anunciado que había resucitado. Cuando Pedro y Juan fueron corriendo al sepulcro; Juan llegó primero, pero no podía creer lo que veía, los lienzos y la envoltura (que se hacía con especias y gomas) conservaban la forma del cuerpo de Jesús pero huecas, sin el cuerpo adentro. Pedro, mayor de edad y pescador rudo, con su carácter impetuoso no paró en su carrera hasta entrar y qué pasó: Cristo milagrosamente no estaba allí. Posterior a ello cuando se les aparece mientras estaban reunidos se quedan pasmados y él hace que lo toquen y comprueben. Imagínese usted, ellos habían presenciado su castigo, crucifixión, muerte y sepultura: ¿y ahora aparecía vivo? No entendían que él mismo se los había augurado con anterioridad; recuerden estos no eran hombres letrados, sino entusiastas seguidores, formados bajo el ministerio diario del Redentor . Tomás no se encontraba presente en el momento que Jesús se les aparece. Una vez vuelto y enterado dijo: “Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré ”. Ocho días más tarde Jesús volvió a aparecer y le dice a Tomás: “Mete tu dedo aquí, y ve mis manos; y alarga acá tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino fiel. Entonces Tomás respondió: ¡Señor mío y Dios mío! ” (Jn 19:19-28 ).
El que padecía rogaba misericordia por su familia que había dejado atrás: su mujer, hijos y nietos, para que no fueran a ese lugar de tormento donde él se lamentaba; sin embargo la respuesta final que se le dió fue la siguiente: “Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán, si alguno se levantare de los muertos ” (Lc 16:31 ). En otras palabras: ahí tienen la Biblia , las Sagradas Escrituras , si no creen en ellas, de nada vale si un ángel, o alguien que resucite, se les aparece en persona para convencerlos. La fe—estimado lector—se funda en el conocimiento de la Palabra de Dios (Heb 4:12 ). No dejéis que nadie, por muy sabio que se anuncie, os arrebate la esperanza de vuestra resurrección ni la de tus seres queridos; y no olvidéis que la obtienes a través de Jesucristo .