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El Medio Oriente.
Una vez que el Imperio Babilónico toma las riendas del poder mundial, y bajo el rey Nabucodonosor, Egipto es nuevamente invadido y arrasado en tiempos del profeta Jeremías. En el año 605 a.C, en la batalla de Carquémis el faraón egipcio Necáo (Jer 46: 2-26 ) fue derrotado y con ello cumpliéndose al dedillo todas las profecías relacionadas con su hundimiento, y pronunciadas en secuencias seguidas primeramente por el profeta Isaías, y un siglo después confirmada por Jeremías ; al igual que el profeta Ezequiel (Ez 29:12-15 ), quien nos asegura que Egipto nunca más se levantaría como potencia e imperio mundial, sino que sería un reino humilde y bajo en comparación con las demás potencias del planeta. Esto admirablemente se ha cumplido, mostrando la omnisciencia del Espíritu Santo manifestándose a través de estos profetas. Es exactamente el Egipto que hemos conocido desde entonces, ni la sombra de lo que fue en su esplendor antiguo, sino un reino simple e insignificante en comparación con las naciones más desarrolladas del planeta.