Este Templo que se concluyó en el 516 a.C, remodelándose posteriormente desde tiempos del rey idumeo Herodes (20 a.C), fue siglos después—en el 70 d.C—arrasado por el ejército romano; destrucción que perdura hasta nuestros días, y del cual solo queda hoy el famoso muro de las lamentaciones, visitado por judíos ortodoxos y ciudadanos de diversas naciones. En el área del antiguo templo los musulmanes construyeron la llamada Mezquita de Al-Aqsa y Cúpula de la Roca; catalogado según ellos como segunda en importancia después de la “Meca” en el Islam; aunque nunca es mencionada en el Corán ni escritos que le siguieron, mostrándonos que jamás les fue de importancia ni considerada como sitio sagrado, sino que ahora es reclamado con tal de impedirle a los judíos la reconstrucción de su templo a partir del muro.
(Leer también los escritos titulados 'El profeta Ezequiel: Gog, Magog, y la Tercera Guerra Mundial'; junto a 'El profeta Daniel: los últimos Cuatro Imperios de la humanidad').