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El Ungido Sacerdote de Dios.
Dios le dice a Aarón—sacerdote que representaba al futuro Sacerdote de Dios, Cristo—que todas las ofrendas de las cosas elevadas y santas eran también para sus hijos e hijas (representando a todo el pueblo de los santos), como pacto perpetuo de sal, delante de Dios. Esta multiforme sabiduría del Creador sería un día entregada a la futura Iglesia de los hijos de Dios, quienes la notificarán no ya a los habitantes de la tierra, sino a otros mundos dimensionales, a los principados y potestades en los cielos (Ef 3:10-11 ); llegando por consecuencia un día—ya cercano—no solo a juzgar al mundo, sino también a los ángeles celestiales (1 Cor 6:2-3 ); convirtiéndose todo el aparato administrativo en un nuevo reino de sacerdotes (1 Ped 2:9 ), con Cristo, el Ungido de Dios , a la cabeza (Apoc 20:6 ).