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El profeta revela al mundo: Luz para judíos y gentiles.

Profetas Mayores del Antiguo Testamento en Alejandro's Libros


“Por tanto el mismo Señor os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y parirá un hijo, y llamará su nombre Emmanuel…Porque antes que el niño sepa desechar lo malo y escoger lo bueno, la tierra que tu aborreces será dejada de sus dos reyes…de esa parte del Jordán, en Galilea de las gentes. El pueblo que andaba en tinieblas vió gran luz: los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos…Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado; y el principado sobre su hombro: y llamaráse su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán término…disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Yahweh de los ejércitos hará esto”.





Mientras en Roma continuaban las rivalidades políticas; desde Galilea—tal como Isaías nos anuncia—un judío nacido en una familia modesta de carpinteros, reflejaría su luz espiritual al resto de Israel (Mt 4: 13-16) primeramente, y después al mundo por los siglos de los siglos. El profeta se remonta también a siglos después cuando Cristo Jesús (alrededor del 30 d.C) comienza su ministerio público acompañado de sus doce apóstoles, predicando el Evangelio por toda la tierra de Galilea—norte de Israel—entonces llena de gentiles, israelitas y samaritanos que mezclados, desde épocas remotas, habitaban esa región, añadiéndoseles ciudadanos del imperio. Fue desde esa Galilea de los gentiles que Jesús comenzó su prédica divina enfatizándonos a todos: “Arrepentíos, que el reino de los cielos se ha acercado” (Mt 4:17); anunciando igualmente su reino eterno de paz, que no tendrá término.