Estas fueron guerras que tuvieron lugar en el último siglo que recientemente dejamos atrás, y donde perecieron millones de personas ya sean involucrados directamente en la guerra o bajo los efectos del hambre, peste y enfermedades. En ellas se desató un poder de fuego exterminador nunca antes imaginado en la historia del hombre; confirmándonos que el Final de los Tiempos está a las puertas; y que una vez dejado el Sexto Milenio de la existencia humana, el Séptimo nos trae—según lo profetizado—la última y Tercera Guerra Mundial que tendrá consecuencias demoledoras por sobre todo el planeta.
Igualmente—una vez que Cristo pronunció estas sentencias—la historia ha registrado una mayor cantidad de terremotos. La tierra tiembla cansada de tantas inmundicias y decepciones. Su suelo vomita ira y advertencias (Lv 18:25). Todo ello, junto a las guerras y conflictos entre naciones que no cesan, han originado—preanunciando lo por venir en gran escala—extensas áreas empobrecidas y carcomidas por el hambre, las plagas y pestilencias. No querréis ser parte de lo que se acerca; tan terrible que el propio Jesús aseveró que si aquellos días no fueran acortados, realmente ninguna carne sería salva (v.22).
Los hijitos de Dios han sido calumniados y perseguidos por causa de tiranos seculares y religiosos, por dictadores vestidos de verde y blanco. La libertad que han proclamado los cristianos en nombre de Dios nunca ha sido del agrado de tiranos y dictadores que han asomado su rostro en este mundo, subyugando a multitudes enteras, esperanzándolas y engañándolas con historias fantasiosas disfrazadas de doctrinas triunfalistas.
Hoy, en el año 2015, y gracias al adelanto de la ciencia y multiplicación de la tecnología, tal como nos lo predijo el profeta Daniel (Dn 12:4); el Evangelio Cristiano ha sido llevado a todas las naciones conocidas. No hay nación donde no haya llegado una Santa Biblia, un misionero, una estación radial o televisiva, un hijo de Dios predicando la Buenas Nuevas (1 Tim 3:16); y no digamos ya el alcance de la Internet que se expande por doquier.
El mundo, para entonces—ya cercano—experimentará días tristes, y a medida que se aproxime el Segundo Advenimiento del Señor, el sufrimiento y la angustia crecerán. En esa guerra que se originará en el territorio de Israel y abarcará todo el planeta (Apoc 16:12-16), la sangre correrá de tal manera que las aves de rapiña (Ez 39:17-20) se darán banquete inesperado…"Porque donde quiera que estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas"(v.28). Seguidamente se nos dice: “Y luego después de la aflicción de aquellos días, el sol se obscurecerá, y la luna no dará su lumbre, y las estrellas caerán del cielo, y las virtudes de los cielos serán conmovidas” (v.29)....
(También leer escritos titulados 'El profeta Ezequiel: Gog, Magog, y la Tercera Guerra Mundial'; junto a 'El profeta Daniel: los últimos Cuatro Imperios de la humanidad').